miércoles, 10 de julio de 2013

Ondas en el mar


“El mar sus millares de olas
            mece, divino.
Oyendo a los mares amantes,
            mezo a mi niño.”
(Gabriela Mistral,  “Meciendo,” 215)

Para mí el mar es un lugar de tranquilidad con el sonido de las olas. Mistral habla de como mientras oye las olas, ella mece a su niño. Es interestante que Mistral no tuvo niños. Me hizo pensar que tal vez hay otras formas en que podems mecer a los niños de Dios aparte de ser madres. Por ejemplo, podemos mecer a los niños de Dios por las buenas obras que hacemos. Como la madre en este poema, cuando “oyemos” como Dios mece a nosotros por las buenas obras de otras personas, podemos mecer a las otras personas también por nuestras buenas obras. También como las olas del mar, nuestras buenas obras forman ondas que llenan el mar con millares de olas. Por eso, aunque el mar tiene mucho poder para hacer daño, también tiene poder para hacer bien como llevar un objeto a un lugar—tal vez nos ayuda progresar en nuestra jornada de la vida.

En la película “Pay It Forward,” podemos ver un ejemplo de como un niño, Trevor, tiene un idea para cambiar el mundo. Su idea es que él va a ayudar a tres personas y ellos ayudan a tres personas más y eso patrón sigue hasta que llena el mundo. En un sentido él quiere formar ondas en el mar por sus buenas obras y espera que estas ondas forman millares de olas que mecen el mundo. 


Como el mar en “Meciendo,” el idea de “pay it forward” muestra que cuando recibimos actos de caridad de otras personas, sentimos el consuelo de Dios como él nos mece y nos impuja hacer lo mismo a otras personas.

 

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